Dicen los expertos que nos anticipamos tal vez cinco años a la virtualidad, que en menos de dos meses se aceleraron plataformas para reuniones, ferias, congresos, algo que veíamos cerca pero no tanto como se dio como consecuencia de la pandemia.
Lo cierto es que, si bien llego como una alternativa de contingencia frente a la necesidad de los clientes de seguir conectados con su público, es claro que llego como una oportunidad de negocio para otro sector como el de los desarrolladores de estas plataformas y no específicamente para el nuestro que a treves del tiempo ha sido más de campo que desde lo virtual. Sin dejar de reconocer que muchos operadores han realizado alianza con estas empresas y han ofrecido a sus clientes soluciones, pero lógicamente compartiendo ganancias y sin contemplar la otra gran cantidad de proveedores que se beneficiaban de los eventos presenciales.
Particularmente pienso que la virtualidad llego para quedarse y seguramente en adelante tendremos que hablar de eventos híbridos, algo que cambiara definitivamente el negocio de los eventos MICE y afectando la dinámica económica y social de los eventos presenciales, pero mas que hablar de eventos virtuales debemos de referirnos a encuentros virtuales.